El nuevo informe publicado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) analiza tanto el aspecto de la oferta como el de la demanda del trabajo forzoso. Se basa en datos primarios y, por primera vez, aporta pruebas sólidas de la correlación entre trabajo forzoso y pobreza. El informe proporciona además las nuevas estimaciones de laOIT sobre las ganancias generadas a través del uso del trabajo forzoso en diversos sectores económicos así como la explotación sexual.
La OIT utilizó los datos económicos almacenados en su base de datos a partir de la cual se derivó la Estimación Mundial de 2012, como la información sobre sectores e industrias donde las víctimas de trabajo forzoso están retenidas, sus salarios, si reciben alguno y otros datos económicos. Además, tal y como revela en su informe, la OIT realizó encuestas nacionales sobre trabajo forzoso, concentrándose algunas veces en sectores e industrias específicos, en niños y adultos o una forma particular de trabajo forzoso.
Son muchas las conclusiones que se derivan de este estudio, pero sin embargo, la más impactante es la evidente correlación entre la vulnerabilidad de los hogares a las pérdidas imprevistas de los ingresos y la probabilidad de caer en trabajo forzoso.
Sin duda, tenemos que reflexionar sobre la clase de políticas que los gobiernos deben tomar de cara a la puesta en marcha de legislaciones que sean capaces de luchar no sólo contra esta clase de explotación sino y lo más importante sobre algo tan evidente como es la vulnerabilidad de los hogares.
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